¡Uy!
¡que desagrado!
¡un velón!
Me incomodan los velones
gatos
perros
y gentes
sus miradas vuelven amargos
(o insípidos)
los más exquisitos platos
indigestan
Más grato es no ver al velón,
O creer que no lo veo
.........
¡Sálvame!
Antes que me torturen las llamas
Refréscame los ojos
el corazón
el estómago
y la conciencia
Introdúceme
A la economía trascendente
Que mi riqueza hoy de pan
de orgullo y comodidad
no se troque en lamento eterno
por cegarme a la realidad
preséntame velones e indigestos
déjame, en Tu nombre, servirles
para que llegue a nosotros
el Cielo
sinónimo de la paz,
de justicia y equidad
Había un hombre rico que se vestía de púrpura y telas finas, y banqueteaba todos los días espléndidamente. Y un mendigo, llamado Lázaro, yacía a la entrada de su casa ansiando llenarse con las sobras que caían de la mesa del rico… murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham. Murió el rico… estaba en el lugar de castigo…y gritó: Padre Abraham… manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua porque me torturan las llamas (Lucas 16, 19- 31)
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