5ta Semana de Cuaresma
“¿Dónde están los otros? ¿Ninguno te ha condenado? Contestó ella: Ninguno, Señor. Pues, tampoco yo te condeno.” (Juan 8, 10 -11)
Los dirigentes cogieron de nuevo piedras para apedrearlo. Les replicó Jesús: muchas obras excelentes les he hecho ver ¿por cuál de esas obras me apedrean? Le contestaron los dirigentes: no te apedreamos por ninguna obra excelente sino por blasfemia; porque tú, siendo hombre te estás haciendo Dios. Les replicó Jesús: ¿No está escrito en la ley de ustedes: “Yo he dicho, son dioses”? Si llamó dioses a aquellos a quienes Dios dirigió su palabra, y ese pasaje no se puede suprimir, de mí, a quien el Padre consagró y envió al mundo ¿dicen ustedes que blasfemo porque he dicho “Soy Hijo de Dios?... Otra vez intentaron entonces aprenderlo pero se les escapó de las manos. Se fue al otro lado del Jordán y allí muchos le dieron su adhesión (Juan 10, 31 – 42)
En aquel tiempo
lo que no hicieron con la adúltera
lo hicieron contigo
piedra en mano
rostros de furia
miradas de odio
te acribillan
respiración rápida (taquipnea)
tu corazón a galope
hace sentir su agitación en tu pared toráxica
razón serena
para ganar tiempo
o generar el cambio de los violentos
colocas
como jugador de dominó emocionado
la pregunta cortante, cual bisturí de diamante
"¿por cuál de esas obras me apedrean?"
argumentas señalando
irrefutables evidencias
a los peores ciegos ocultas
Blasfemas verdades:
dioses somos (por hijos)
y Tú,
diadema del Eterno,
entre nosotros
su Ungido
Sentencia: PENA DE MUERTE
Con astucia te escabulles
para no morir a destiempo
Y mientras llega tu hora
clandestino en tu morada
DIOS-HOMBRE-DIOS
atraes a muchos
entre ellos,
yo
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