domingo, 24 de mayo de 2009

Guayabo santificado


Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para si mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; en la vida y en la muerte somos del Señor. (Romanos 14, 7-8)


Rumiar de neuronas
durante instantes y horas
rumiar recuerdos, palabras, gestos

Rumiar el amor y la traición
verdades sublimes increíbles
verdades trágicas, terrenales
que no quise creer
(por instinto de supervivencia)

Rumiar alegrías y miedos pasados
vivir miedos presentes
y alegrías por venir

Rumiar, rumiar, rumiar
lo que del Ser hay en mi alma
y decirte:
te agradezco
te extraño
te perdono
te admiro
te amo

...siempre...

Rumiar, rumiar, rumiar
lo que del Ser hay en mi alma
y decirle:
Te agradezco
Te alabo
Te adoro
me ofrendo
Te amo

...eternamente

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